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Pastoral de la Salud y la Vida
“Los gozos y esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de la época actual, sobre todo de los pobres y afligidos de toda clase, son también los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.” (Const. Gaudium et Spes, n. 1)
“Dios no ha venido a suprimir el sufrimiento. Ni siquiera a explicarlo. Ha venido a llenarlo de su presencia” (Paul Claudel).
La esencia y lema de nuestra misión es “Que nadie sufra solo”: entregarnos a los hermanos que, en su enfermedad, con su sufrimiento y su dolor, hacen presente a Cristo Jesús, el Hermano Mayor, “Varón de dolores”, entre nosotros y en el mundo.
“Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, para vendar los corazones quebrantados, a anunciar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos..." (Lc. 4, 18). Jesús irradia salud amando, liberando a las personas de la opresión, poniendo paz y armonía en sus vidas y fomentando una convivencia más humana y fraterna. Jesús indudablemente tuvo preferencia por los enfermos, porque ellos son el signo visible del sufrimiento de la humanidad; y el sufrimiento es la consecuencia del pecado que Él combatió y venció con su Cruz y Resurrección.
Un aspecto de la misión que Jesús dio a Su Iglesia es la de ser comunidad que cura. Por eso, la Pastoral de la Salud y la Vida trabaja para que, a través de la parroquia -comunidad cristiana por excelencia- la Iglesia forme a sus miembros para afrontar la enfermedad con realismo, acompañe a los enfermos de la comunidad, especialmente a los más necesitados, para que transiten el sufrimiento con paz, celebre con ellos los sacramentos, los integre a la vida de la comunidad, ayude a sus familias y vele por la Salud en la comunidad.
Nacida en 1987 en un hospital de San Vicente en torno del cuidado y acompañamiento de mujeres hospitalizadas, esta institución fue desarrollándose en miembros y servicios. Actualmente prestamos servicios en Ezeiza, Guernica, Monte Grande, Rafael Calzada, San Vicente y Temperley, a través de las diversas ramas de voluntariado y Servicios: María Madre de la Vida, Servidoras de María Madre, De la Santa Cruz, Domiciliario, Subcomisión de Discapacidad, Grupo Resurrección.
Nuestros patronos son San Camilo de Lelis (fiesta: 14 de julio), San Juan de Dios (fiesta: 8 de marzo), Nuestra Señora de los Remedios (fiesta: 21 de noviembre).
Delegado diocesano: Mons. Roberto J. González Raeta.
Subdelegado diocesano: Pbro. Gustavo Fernández.
Equipo de Medios
El Equipo de Medios se dedica desde 2016 a mantener una estrecha y activa comunicación entre las diversas ramas de voluntariado de la Pastoral de la Salud y la Vida en nuestra diócesis, así como a compartir material espiritual y formativo para la edificación personal y comunitaria de todas las personas de buena voluntad.
Nuestra misión se enmarca en el valor que la Iglesia otorga a la persona humana y al rol central que tiene la comunicación en la vida del hombre: nuestra vida se desarrolla gracias a la comunicación con los demás y con Dios, que, rico en misericordia, estableció con nosotros un coloquio de salvación (cfr. Enc. Ecclesiam Suam, n. 36).
El Concilio Vaticano II nos exhorta: "Todos los hijos de la Iglesia, de común acuerdo, tienen que procurar que los medios de comunicación social, sin ninguna demora y con el máximo empeño, se utilicen eficazmente en las múltiples obras de apostolado, según lo exijan las circunstancias de tiempo y lugar [...] Por consiguiente, apresúrense los sagrados Pastores a cumplir su misión, ligada estrechamente en este campo al deber ordinario de la predicación; también los laicos que participan en el uso de estos medios tienen que esforzarse por dar testimonio de Cristo, en primer lugar, realizando su propia tarea con competencia y espíritu apostólico; es más, prestando por su parte ayuda directa a la acción pastoral de la Iglesia con las posibilidades que brindan la técnica, la economía, el arte y la cultura." (Decr. Inter Mirifica, n. 13)
Voluntariado María Madre de la Vida
Nuestro voluntariado, dedicado al cuidado de enfermos hospitalizados, es el fundador de la Pastoral de la Salud y la Vida en la diócesis de Lomas de Zamora. Nuestros orígenes se remontan al año 1985, en el seno del Apostolado de la Oración en San Vicente. En forma organizada iniciamos actividades en 1987 en el Hospital Ramón Carrillo, en la Parroquia San Vicente Ferrer de San Vicente, siendo nuestro asesor su párroco, el P. Roberto J. González Raeta.
En el año 1993 nuestro Obispo, Mons. Desiderio E. Collino, constituye la Comisión Diocesana de Pastoral de la salud y la Vida, y designa como delegado y asesor espiritual al P. Roberto J. González Raeta, y como subdelegado al P. Gustavo M. Fernández Cáceres. El Voluntariado María Madre de la Vida es miembro activo en esta Comisión y tiene como metas los objetivos que proponen las autoridades eclesiales al respecto, procurando firme adhesión a la vida parroquial.
Nuestra misión en este apostolado es servir desinteresadamente a los enfermos y a toda persona sufriente sin distinción, ofreciendo una escucha amorosa en espíritu de caridad cristiana, con el fin de atender todo aquello en que una mujer laica y no preparada profesionalmente puede ser útil.
En los años siguientes, el voluntariado María Madre de la Vida despliega su actividad según un espíritu fuertemente diocesano y llega a estar presente en siete hospitales, en tres estapas. En una primera etapa, al Hosp. Ramón Carrillo (San Vicente) se suma el Hosp. Arturo Oñativia (Rafael Calzada) y el Hosp. Lucio Meléndez (Adrogué). En una segunda etapa se amplía el servicio a los Hosp. Sofía T. de Santamarina (Monte Grande), Luisa C. Gandulfo (Lomas de Zamora) y Dra. Cecilia Grierson (Guernica). Finalmente, desde el año 2010 también se presta servicio a los enfermos en el Hosp. Dr. Alberto Eurnekian (Ezeiza).
Tras quince años de maduración en el servicio sin otro fin que la mayor gloria de Dios, el servicio de la Santa Iglesia y la santificación de sus miembros, en al año 2002 se constituye y es reconocida como Asociación privada de fieles el "Voluntariado María, Madre de la Vida", por quien fuera Obispo de Lomas de Zamora, Mons. Agustín Radrizzani. Nuestra constitución es anunciada a la comunidad el 31 de mayo de 2002, Fiesta de Nuestra Señora de la Visitación.
Las voluntarias desarrollamos nuestra misión en forma organizada, según un Estatuto y Reglamento internos, coordinadas por una Coordinadora y Subcoordinadora General, y, en cada hospital, por las Coordinadoras y Subcoordinadoras de Servicio. Nos guía en nuestro caminar nuestro Asesor, que es el Delegado Diocesano.
Casi sin proponérselo, este Voluntariado ha sido semilla inspiradora de otras ramas de voluntariado, que han enriquecido la Pastoral de la Salud y la Vida en nuestra querida Iglesia particular: El Voluntariado De la Santa Cruz (2007) dedicado a enfermos varones por voluntarios varones, y las Servidoras de María Madre (2008), dedicadas a la visita a mujeres que han dado a luz, y a los niños enfermos.
Al cierre del año 2019, a 32 años de nuestra fundación, el Voluntariado María, Madre de la Vida está presente en cinco hospitales, con más de 60 voluntarias activas y con formación permanente, para dar un renovado testimonio de caridad, para ser un icono vivo de Jesucristo, Buen Samaritano en las numerosas situaciones de dolor.
Damos gracias por el don de tener esa posibilidad de darnos, de SERVIR, OBEDECER y ESCUCHAR, tres nombres de la palabra AMAR.
Voluntariado Servidoras de María Madre
Nuestro servicio está dirigido a las madres hospitalizadas y a sus bebés, a mujeres embarazadas y a niños internados (Maternidad y Pediatría). Especial atención se brinda a las madres que se encuentran en situación traumática (pérdida del embarazo, abandono, violaciones…).
Siguiendo los pasos y mandato de Jesús, como su misma Madre, a través de la asistencia, la compañía, la escucha, el consuelo y la ayuda espiritual, a ejemplo de María en la Visitación –aquí está tu servidora (cfr. Lc. 1, 38)–, buscamos que en cada encuentro se refleje el rostro de Jesús (cfr. Sal. 26, 8) y así cada madre y cada niño reciban el anuncio de la Buena Nueva del Amor de Dios.
Concurrimos al hospital en grupos de dos voluntarias, cuatro horas diarias, en horarios que no interfieran con la alimentación, siesta o revisión médica de los pacientes. Además de acompañar a cada madre, niño o niña que atendemos, procuramos articular cada situación particular con los distintos referentes del equipo parroquial, por ejemplo Caritas, para brindar asistencia en situaciones económicas difíciles a través de ropa, pañales, elementos de higiene, etc.
Para atender a Cristo como se merece en cada persona que encontramos en el hospital, es condición indispensable la formación permanente en lo técnico, lo humano y lo espiritual. Además de nuestras reuniones periódicas, nos reunimos con nuestros asesores y participamos de los retiros y los eventos de la Pastoral de la Salud y la Vida.
El voluntariado Servidoras de María Madre nació en octubre de 2005 en el ámbito del Policlínico Sofía T. de Santamarina (Monte Grande), y, luego de tres años de misión y formación, las voluntarias hicieron la primera promesa. El servicio continuó creciendo y desde 2011 se brinda atención también en el Hospital Eurnekian (Ezeiza).
Nuestra fiesta es la Visitación de la Virgen María (31 de mayo), fecha en que las nuevas voluntarias realizan la promesa.